El eje intestino cerebro explicado por neurocirujano

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Bienestar y salud

Somos lo que comemos, comemos como somos.
 
Uno de los pilares de Tu Cerebro Al Desnudo es el Bienestar, y uno de los fundamentos del bienestar es la Salud.
 
Este tema complementa los otros temas que hemos venido desarrollando acerca del impacto en el cerebro de nuestro estilo de vida, manteniéndose sano rindiendo al máximo si es saludable, enfermando y degenerando si no lo es.
 
El cerebro está hecho de un 75 a 80% de agua, 10 a 12% de grasa, 8% de proteínas y un 3% de carbohidratos y otros compuestos. He aquí la importancia de una dieta balanceada y una adecuada hidratación.
 
 

Comer bien me mantiene sano

El impacto de la dieta va mucho más allá de comer para sobrevivir, afecta todas las áreas de nuestra vida. Comer bien nos mantiene vivos y nos mantiene sanos.
 
Una adecuada dieta mantiene el adecuado funcionamiento de nuestros órganos internos, manteniendo la salud digestiva, cardiovascular, metabólica, inmune, respiratoria, musculoesquelética, y neurológica.
 
Dada la conexión entre la dieta, el intestino, el cerebro, y prácticamente el resto del cuerpo; una alimentación adecuada es la mejor manera de mantener la salud, y prevenir la enfermedad.
 

Comer mal me enferma

En contrapartida una dieta inadecuada es a principal fuente de enfermedad, tanto a nivel orgánico, como psicológico. El grado de afectación negativa en nuestro cuerpo, cerebro y mente de una mala dieta es enorme.
 
Una dieta inadecuada predispone, entre otras tantas, a:
·      Infecciones.
·      Cáncer.
·      Alteraciones metabólicas y nutricionales.
·      Desequilibrios hidroelectrolíticos.
·      Enfermedades autoinmunes e inflamatorias.
·      Enfermedades cardiovasculares.
·      Enfermedades respiratorias.
·      Enfermedades neurodegenerativas.
·      Enfermedades psiquiátricas y psicológicas.
 
El camino hacia la enfermedad está pavimentado de una inadecuada alimentación.
 

Bienestar y salud

Somos lo que comemos, comemos como somos.
 
Uno de los pilares de Tu Cerebro Al Desnudo es el Bienestar, y uno de los fundamentos del bienestar es la Salud.
 
Este tema complementa los otros temas que hemos venido desarrollando acerca del impacto en el cerebro de nuestro estilo de vida, manteniéndose sano rindiendo al máximo si es saludable, enfermando y degenerando si no lo es.
 
El cerebro está hecho de un 75 a 80% de agua, 10 a 12% de grasa, 8% de proteínas y un 3% de carbohidratos y otros compuestos. He aquí la importancia de una dieta balanceada y una adecuada hidratación.
 
 

Comer bien me mantiene sano

El impacto de la dieta va mucho más allá de comer para sobrevivir, afecta todas las áreas de nuestra vida. Comer bien nos mantiene vivos y nos mantiene sanos.
 
Una adecuada dieta mantiene el adecuado funcionamiento de nuestros órganos internos, manteniendo la salud digestiva, cardiovascular, metabólica, inmune, respiratoria, musculoesquelética, y neurológica.
 
Dada la conexión entre la dieta, el intestino, el cerebro, y prácticamente el resto del cuerpo; una alimentación adecuada es la mejor manera de mantener la salud, y prevenir la enfermedad.
 

Comer mal me enferma

En contrapartida una dieta inadecuada es a principal fuente de enfermedad, tanto a nivel orgánico, como psicológico. El grado de afectación negativa en nuestro cuerpo, cerebro y mente de una mala dieta es enorme.
 
Una dieta inadecuada predispone, entre otras tantas, a:
·      Infecciones.
·      Cáncer.
·      Alteraciones metabólicas y nutricionales.
·      Desequilibrios hidroelectrolíticos.
·      Enfermedades autoinmunes e inflamatorias.
·      Enfermedades cardiovasculares.
·      Enfermedades respiratorias.
·      Enfermedades neurodegenerativas.
·      Enfermedades psiquiátricas y psicológicas.
 
El camino hacia la enfermedad está pavimentado de una inadecuada alimentación.

Éxito y Rendimiento

El segundo principio de TCAD es el Éxito, y dentro de éste, el Rendimiento Cerebral es fundamental, de él depende en gran medida alcanzar nuestros objetivos y lograr nuestras metas.
 
Un estilo de vida saludable es la estrategia más barate y efectiva de optimizar el funcionamiento de nuestro cerebro, desarrollar al máximo nuestro potencial, y alcanzar nuestros objetivos.
 
En conjunto con una actividad física intensa regular y un sueño de cantidad y calidad adecuada, la alimentación constituye el mejor “optimizador” cerebral.
 

Comer bien mejora mi rendimiento cerebral

La ingesta de alimentos adecuados, en las cantidades correctas, y de la forma propicia, mantiene nuestras funciones cerebrales en su máximo rendimiento.
 
El procesamiento de información, la toma de decisiones, el control de impulsos, la construcción y adherencia a buenos hábitos, entre otros muchos aspectos, dependen de la alimentación.
 

Comer mal empeora mi rendimiento cerebral

Una dieta inadecuada se traduce en déficits cerebrales a todos los niveles:
–       Sensorial y perceptivo.
–       Afectivo (emocional).
–       Cognitivo (pensamiento).
–       Volitivo (conductual).
–       Decisional.
–       Racional.

Éxito y Rendimiento

El segundo principio de TCAD es el Éxito, y dentro de éste, el Rendimiento Cerebral es fundamental, de él depende en gran medida alcanzar nuestros objetivos y lograr nuestras metas.
 
Un estilo de vida saludable es la estrategia más barate y efectiva de optimizar el funcionamiento de nuestro cerebro, desarrollar al máximo nuestro potencial, y alcanzar nuestros objetivos.
 
En conjunto con una actividad física intensa regular y un sueño de cantidad y calidad adecuada, la alimentación constituye el mejor “optimizador” cerebral.
 

Comer bien mejora mi rendimiento cerebral

La ingesta de alimentos adecuados, en las cantidades correctas, y de la forma propicia, mantiene nuestras funciones cerebrales en su máximo rendimiento.
 
El procesamiento de información, la toma de decisiones, el control de impulsos, la construcción y adherencia a buenos hábitos, entre otros muchos aspectos, dependen de la alimentación.
 

Comer mal empeora mi rendimiento cerebral

Una dieta inadecuada se traduce en déficits cerebrales a todos los niveles:
–       Sensorial y perceptivo.
–       Afectivo (emocional).
–       Cognitivo (pensamiento).
–       Volitivo (conductual).
–       Decisional.
–       Racional.

Qué relación tiene la dieta, con el eje intestino cerebro

El eje intestino-cerebro incluye los siguientes sistemas
–       Digestivo (tracto intestinal)
–       Neuroentérico
–       Neuroinmune
–       Nervioso Central y Periférico
–       Nervioso Autónomo
–       Neuroendocrino
–       Microbioma-Metaboloma
 
Las repercusiones de este eje afectan a todas y cada una de las funciones del cuerpo, cerebro y mente humanas. Representa la relación e integración con nuestro ambiente.
 
A continuación, la relación y contribución de cada uno de estos sistemas en nuestra salud y/o enfermedad
 

Tracto Intestinal

Los alimentos, según su composición, son procesados y digeridos de forma distinta por el intestino. Alimentos con azúcares procesados, grasas saturadas, o alto contenido de sal producen una digestión ineficaz y una serie de reacciones bioquímicas dañinas para la mucosa intestinal.
 
Los productos generados son tóxicos para nuestro cuerpo, aumentan el grado de acidez, de productos oxidantes, y de inflamación, solo por mencionar algunos.
 
Estos productos al absorberse a la sangre producen daño a nivel de hígado, riñones, corazón, paredes de las arterias, huesos, músculos y ligamentos, etc. Estos productos dañan por supuesto nuestro cerebro.
 
Estos procesos pueden originarse desde la boca, las caries dentales y el proceso inflamatorio asociado, aumenta el riesgo de infarto cardíaco y cerebral, para tener una referencia.
 
En resumen, una adecuada dieta, ocasiona una mala digestión, esta a su vez genera una serie de productos tóxicos a nivel del intestino, que al absorberse a la sangre y ser llevado al resto de órganos del cuerpo, los daña y enferma.
 

Sistema Nervioso Entérico (Neuroentérico)

Este sistema se considera el segundo cerebro, cuenta con aproximadamente 500 millones de neuronas, cuenta con células de soporte similares a las del cerebro (astroglia).
 
Cuenta con neuronas aferentes, eferentes e interneuronas, pudiendo, por tanto, funcionar de forma independiente. Aunque se comunica con el Sistema Nervioso Central, Periférico y Autónomo, a través del nervio vago y la cadena simpática prevertebral. Se relaciona y comunica, pero no depende de ellos para su funcionamiento. Funciona como un sistema nervioso y un cerebro independiente.
 
Contiene aproximadamente 30 neurotransmisores, entre ellos:
–       Acetilcolina (para la memoria)
–       Dopamina (sistema de recompensa), conteniendo el 50% del total del cuerpo.
–       Serotonina (regulación del estado de ánimo), conteniendo el 90% del total del cuerpo.
–       Noradrenalina (neuromodulador y respuesta de amenaza)
–       GABA (estado de alerta, vigilia, ansiedad y depresión)
 
Este cerebro intestinal paralelo, se relaciona con el resto del cuerpo a través de los sistemas neuroinmune y neuroendocrino.
 

Sistema Neuroinmune

El tracto intestinal está protegido por inmunoglobulinas y cuenta además con un sistema inmune propio (además de su propio sistema nervioso como hemos visto).
 
La dieta influye en el balance inmune e inflamatorio del cuerpo, el intestino es la puerta de entrada a múltiples agentes de enfermedades (infecciosos, tóxicos, inmunógenos, alergénicos, etc.).
 
Por otra parte, el sistema nervioso cuenta con su sistema inmune separado del del resto del cuerpo, el cual se encuentra en relación con el sistema inmune intestinal, a través de los marcadores inflamatorios.
 
El sistema neuroinmune incluye las células de soporte de las neuronas, las cuales se encuentran normalmente aisladas de la respuesta inmune sistémica.
 
Este sistema estimula receptores cannabinoides, opioides, y asociados a trazadores de aminas, esta estimulación como hemos visto en otros episodios modula múltiples procesos a nivel neurológico y psicológico.
 
Algunas enfermedades mediadas por este sistema incluyen Alzheimer, Enfermedad de Parkinson, Esclerosis Múltiple, Enfermedad Cerebrovascular, entre muchas otras.  
 
Enfermedades sistémicas como el asma, la celiaquía, la fibromialgia, la artritis reumatoide, las vasculitis, dermatitis, y un gran etcétera, están influidas por este sistema.
 
 

Sistemas Nerviosos Central y Periférico

Los nutrientes procesados por el intestino se distribuyen en todo el cerebro, médula espinal y nervios de todo el cuerpo. Por tanto, el eje intestino cerebro, incluye al sistema nervioso al completo.
 
El impacto de la dieta y el eje intestino-cerebro a este nivel puede incluir:
–       Neurodegeneración
–       Neurotoxicidad
–       Alteraciones de la conducción nerviosa
–       Deficiencias en el metabolismo cerebral
 

Sistema Nervioso Autónomo

El sistema nervioso entérico se comunica con éste a través del vago y la cadena simpática prevertebral, condicionando una serie de respuestas a todos los niveles.
 
Influye en nuestra respuesta al estrés, afectando nuestro funcionamiento cardiovascular y musculoesquelético, por ejemplo. Esta influencia puede verse en su participación en trastornos como la ansiedad, los ataques de pánico, la depresión, el estrés postraumático, entre otras.
 

Sistema Neuroendocrino

El hipotálamo, la hipófisis, los ventrículos cerebrales, los órganos circunventriculares, y las glándulas del resto del cuerpo, pertenecen a este sistema. Una dieta inadecuada puede afectar nuestro ciclo circadiano y nuestra regulación hormonal global.
 
Dentro de los múltiples efectos que reguladores que se pueden ver afectados, se encuentran:
–       Hambre y la saciedad.
–       Agua corporal, electrolitos y sed.
–       Temperatura corporal.
–       Ciclo sueño-vigilia.
–       Deseo y conducta sexual.
–       Crecimiento.
–       Ciclo menstrual y fertilidad femenina.
–       Espermatogénesis y la fertilidad masculina.
–       Respuesta al estrés.
–       Composición ósea y muscular.
–       Temperamento, estado de ánimo y conducta.
 
Es evidente que una dieta adecuada mantiene el funcionamiento de nuestro cuerpo a múltiples niveles, lo contrario también aplica.
 

Microbioma y Metaboloma

Nuestro cuerpo está formado por aproximadamente 10 billones de células y por cada una de ellas, tenemos 10 “microbios”, predominantemente (aunque no exclusivamente bacterias).
Estos microorganismos favorecen el procesamiento y digestión de los alimentos, siendo indispensables para la producción de nutrientes esenciales para nuestro adecuado funcionamiento (vitaminas, cofactores, entre otros).
 
La relación que existe entre nuestra microbiota y nosotros es de mutualismo (beneficio mutuo, no solamente coexistencia), ella depende de nosotros y nosotros de ella.
 
Produce cerca del 80% de la serotonina y favorece la producción a ácidos grasos de cadena corta, indispensables para formar hormonas, por ejemplo. Además, nos protege contra microorganismos que producen enfermedades, nuestra microbiota nos protege ante infecciones e infestaciones indeseables.
 
El perfil microbiológico de cada persona varía, y esto influye no sólo en cómo como procesa los alimentos, sino en cómo se metabolizan fármacos o vitaminas, entre otras muchos efectos.
 
Podría decirse que somos uno con nuestros microbios, y no sólo eso, somos específicos y únicos, tanto que nuestra salud física y mental depende de ellos.
 

Qué relación tiene la dieta, con el eje intestino cerebro

El eje intestino-cerebro incluye los siguientes sistemas
–       Digestivo (tracto intestinal)
–       Neuroentérico
–       Neuroinmune
–       Nervioso Central y Periférico
–       Nervioso Autónomo
–       Neuroendocrino
–       Microbioma-Metaboloma
 
Las repercusiones de este eje afectan a todas y cada una de las funciones del cuerpo, cerebro y mente humanas. Representa la relación e integración con nuestro ambiente.
 
A continuación, la relación y contribución de cada uno de estos sistemas en nuestra salud y/o enfermedad
 

Tracto Intestinal

Los alimentos, según su composición, son procesados y digeridos de forma distinta por el intestino. Alimentos con azúcares procesados, grasas saturadas, o alto contenido de sal producen una digestión ineficaz y una serie de reacciones bioquímicas dañinas para la mucosa intestinal.
 
Los productos generados son tóxicos para nuestro cuerpo, aumentan el grado de acidez, de productos oxidantes, y de inflamación, solo por mencionar algunos.
 
Estos productos al absorberse a la sangre producen daño a nivel de hígado, riñones, corazón, paredes de las arterias, huesos, músculos y ligamentos, etc. Estos productos dañan por supuesto nuestro cerebro.
 
Estos procesos pueden originarse desde la boca, las caries dentales y el proceso inflamatorio asociado, aumenta el riesgo de infarto cardíaco y cerebral, para tener una referencia.
 
En resumen, una adecuada dieta, ocasiona una mala digestión, esta a su vez genera una serie de productos tóxicos a nivel del intestino, que al absorberse a la sangre y ser llevado al resto de órganos del cuerpo, los daña y enferma.
 

Sistema Nervioso Entérico (Neuroentérico)

Este sistema se considera el segundo cerebro, cuenta con aproximadamente 500 millones de neuronas, cuenta con células de soporte similares a las del cerebro (astroglia).
 
Cuenta con neuronas aferentes, eferentes e interneuronas, pudiendo, por tanto, funcionar de forma independiente. Aunque se comunica con el Sistema Nervioso Central, Periférico y Autónomo, a través del nervio vago y la cadena simpática prevertebral. Se relaciona y comunica, pero no depende de ellos para su funcionamiento. Funciona como un sistema nervioso y un cerebro independiente.
 
Contiene aproximadamente 30 neurotransmisores, entre ellos:
–       Acetilcolina (para la memoria)
–       Dopamina (sistema de recompensa), conteniendo el 50% del total del cuerpo.
–       Serotonina (regulación del estado de ánimo), conteniendo el 90% del total del cuerpo.
–       Noradrenalina (neuromodulador y respuesta de amenaza)
–       GABA (estado de alerta, vigilia, ansiedad y depresión)
 
Este cerebro intestinal paralelo, se relaciona con el resto del cuerpo a través de los sistemas neuroinmune y neuroendocrino.
 

Sistema Neuroinmune

El tracto intestinal está protegido por inmunoglobulinas y cuenta además con un sistema inmune propio (además de su propio sistema nervioso como hemos visto).
 
La dieta influye en el balance inmune e inflamatorio del cuerpo, el intestino es la puerta de entrada a múltiples agentes de enfermedades (infecciosos, tóxicos, inmunógenos, alergénicos, etc.).
 
Por otra parte, el sistema nervioso cuenta con su sistema inmune separado del del resto del cuerpo, el cual se encuentra en relación con el sistema inmune intestinal, a través de los marcadores inflamatorios.
 
El sistema neuroinmune incluye las células de soporte de las neuronas, las cuales se encuentran normalmente aisladas de la respuesta inmune sistémica.
 
Este sistema estimula receptores cannabinoides, opioides, y asociados a trazadores de aminas, esta estimulación como hemos visto en otros episodios modula múltiples procesos a nivel neurológico y psicológico.
 
Algunas enfermedades mediadas por este sistema incluyen Alzheimer, Enfermedad de Parkinson, Esclerosis Múltiple, Enfermedad Cerebrovascular, entre muchas otras.  
 
Enfermedades sistémicas como el asma, la celiaquía, la fibromialgia, la artritis reumatoide, las vasculitis, dermatitis, y un gran etcétera, están influidas por este sistema.
 
 

Sistemas Nerviosos Central y Periférico

Los nutrientes procesados por el intestino se distribuyen en todo el cerebro, médula espinal y nervios de todo el cuerpo. Por tanto, el eje intestino cerebro, incluye al sistema nervioso al completo.
 
El impacto de la dieta y el eje intestino-cerebro a este nivel puede incluir:
–       Neurodegeneración
–       Neurotoxicidad
–       Alteraciones de la conducción nerviosa
–       Deficiencias en el metabolismo cerebral
 

Sistema Nervioso Autónomo

El sistema nervioso entérico se comunica con éste a través del vago y la cadena simpática prevertebral, condicionando una serie de respuestas a todos los niveles.
 
Influye en nuestra respuesta al estrés, afectando nuestro funcionamiento cardiovascular y musculoesquelético, por ejemplo. Esta influencia puede verse en su participación en trastornos como la ansiedad, los ataques de pánico, la depresión, el estrés postraumático, entre otras.
 

Sistema Neuroendocrino

El hipotálamo, la hipófisis, los ventrículos cerebrales, los órganos circunventriculares, y las glándulas del resto del cuerpo, pertenecen a este sistema. Una dieta inadecuada puede afectar nuestro ciclo circadiano y nuestra regulación hormonal global.
 
Dentro de los múltiples efectos que reguladores que se pueden ver afectados, se encuentran:
–       Hambre y la saciedad.
–       Agua corporal, electrolitos y sed.
–       Temperatura corporal.
–       Ciclo sueño-vigilia.
–       Deseo y conducta sexual.
–       Crecimiento.
–       Ciclo menstrual y fertilidad femenina.
–       Espermatogénesis y la fertilidad masculina.
–       Respuesta al estrés.
–       Composición ósea y muscular.
–       Temperamento, estado de ánimo y conducta.
 
Es evidente que una dieta adecuada mantiene el funcionamiento de nuestro cuerpo a múltiples niveles, lo contrario también aplica.
 

Microbioma y Metaboloma

Nuestro cuerpo está formado por aproximadamente 10 billones de células y por cada una de ellas, tenemos 10 “microbios”, predominantemente (aunque no exclusivamente bacterias).
Estos microorganismos favorecen el procesamiento y digestión de los alimentos, siendo indispensables para la producción de nutrientes esenciales para nuestro adecuado funcionamiento (vitaminas, cofactores, entre otros).
 
La relación que existe entre nuestra microbiota y nosotros es de mutualismo (beneficio mutuo, no solamente coexistencia), ella depende de nosotros y nosotros de ella.
 
Produce cerca del 80% de la serotonina y favorece la producción a ácidos grasos de cadena corta, indispensables para formar hormonas, por ejemplo. Además, nos protege contra microorganismos que producen enfermedades, nuestra microbiota nos protege ante infecciones e infestaciones indeseables.
 
El perfil microbiológico de cada persona varía, y esto influye no sólo en cómo como procesa los alimentos, sino en cómo se metabolizan fármacos o vitaminas, entre otras muchos efectos.
 
Podría decirse que somos uno con nuestros microbios, y no sólo eso, somos específicos y únicos, tanto que nuestra salud física y mental depende de ellos.
 

Neuronutrición

Como mencionamos previamente la dieta nos influye a todos los niveles:
–       Sensorial y perceptivo: modifica nuestra capacidad de sentir.
–       Afectivo (emocional): condiciona nuestro estado de ánimo.
–       Cognitivo (pensamiento): modula la velocidad y calidad de nuestra capacidad de pensar.
–       Volitivo (conductual): afecta nuestras decisiones, comportamientos y hábitos.
–       Relacional: interviene en nuestra relación con nosotros mismos y los demás.
 
Para mantener la salud intestinal, cerebral y mental, más que seguir una dieta específica, hace falta adherirse a principios básicos.
 
–       Hidratación: 2-3 litros diarios de agua
–       Carbohidratos de metabolismo lento: frutas con pulpa y verduras
–       Grasas poliinsaturadas y proteínas de origen vegetal: frutos secos, semillas, legumbres y derivados.
–       Fibra vegetal: granos integrales, verduras, cereales integrales.
–       Alimentos frescos o con mínimo procesado: no azúcares ni sales añadidos.
 
En cuanto a cómo los tipos específicos de dieta afectan el rendimiento cerebral, eso será en otro episodio.

Neuronutrición

Como mencionamos previamente la dieta nos influye a todos los niveles:
–       Sensorial y perceptivo: modifica nuestra capacidad de sentir.
–       Afectivo (emocional): condiciona nuestro estado de ánimo.
–       Cognitivo (pensamiento): modula la velocidad y calidad de nuestra capacidad de pensar.
–       Volitivo (conductual): afecta nuestras decisiones, comportamientos y hábitos.
–       Relacional: interviene en nuestra relación con nosotros mismos y los demás.
 
Para mantener la salud intestinal, cerebral y mental, más que seguir una dieta específica, hace falta adherirse a principios básicos.
 
–       Hidratación: 2-3 litros diarios de agua
–       Carbohidratos de metabolismo lento: frutas con pulpa y verduras
–       Grasas poliinsaturadas y proteínas de origen vegetal: frutos secos, semillas, legumbres y derivados.
–       Fibra vegetal: granos integrales, verduras, cereales integrales.
–       Alimentos frescos o con mínimo procesado: no azúcares ni sales añadidos.
 
En cuanto a cómo los tipos específicos de dieta afectan el rendimiento cerebral, eso será en otro episodio.

Puesta en práctica

Más adelante haremos un post sobre las dietas específicas y cómo afectan al cerebro. 

Pero aquí vamos a hablar de los principios hábitos. 

El 80% del cerebro es agua, por lo tanto, hay que hidratarse. 

El 10-12% de nuestro cerebro es grasa así que consumamos grasa, preferiblemente de origen vegetal, porque forma parte de la estructura del cerebro y no induce en inflamación. Y de animal, en su justa medida y sin frituras. 

El 3% de la estructura del cerebro es su combustible, el azúcar, así que consumirlo preferiblemente de frutas y verduras. 

Y las proteínas que son el 8% del cerebro consumirlas nuevamente de origen vegetal y de origen animal evitando las grasas polisaturadas. 

En definitiva una dieta saludable y mediterránea. 

Puesta en práctica

Más adelante haremos un post sobre las dietas específicas y cómo afectan al cerebro. 

Pero aquí vamos a hablar de los principios hábitos. 

El 80% del cerebro es agua, por lo tanto, hay que hidratarse. 

El 10-12% de nuestro cerebro es grasa así que consumamos grasa, preferiblemente de origen vegetal, porque forma parte de la estructura del cerebro y no induce en inflamación. Y de animal, en su justa medida y sin frituras. 

El 3% de la estructura del cerebro es su combustible, el azúcar, así que consumirlo preferiblemente de frutas y verduras. 

Y las proteínas que son el 8% del cerebro consumirlas nuevamente de origen vegetal y de origen animal evitando las grasas polisaturadas. 

En definitiva una dieta saludable y mediterránea. 

Tu viaje hacia el control de tu cerebro podría empezar aquí

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