Tu cerebro al desnudo

Especial: El cerebro y la guerra

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Este es un podcast especial, desafortunadamente el terror de la guerra y la muerte vuelve a aparecer en Europa. Ha sido una semana difícil para mí, ya que, al venir de un país que estuvo en guerra por más de 36 años y que aún hoy persiste con una enorme violencia ciudadana. Al ver lo que sucede en Ucrania, mi cerebro automáticamente se colocó en “Modo Guerra”, y como veremos, eso tiene consecuencias muy importantes.
Este es un podcast especial, desafortunadamente el terror de la guerra y la muerte vuelve a aparecer en Europa. Ha sido una semana difícil para mí, ya que, al venir de un país que estuvo en guerra por más de 36 años y que aún hoy persiste con una enorme violencia ciudadana. Al ver lo que sucede en Ucrania, mi cerebro automáticamente se colocó en “Modo Guerra”, y como veremos, eso tiene consecuencias muy importantes.

Introducción, ¿por qué hablar del cerebro en guerra?

Yo fíjate, que no había notado que esto me afectase hasta el otro día, cuando vi por las noches noticias relacionadas con la guerra, concretamente un video en Youtube, y esa noche tuve sueños relacionados con el tema. Al final es que, sin quererlo, nos afecta.

La Guerra es un atentado contra la supervivencia humana, por tanto, nuestro cerebro es muy sensible al sufrimiento humano. Lo que atenta contra la vida de otros seres humanos, nuestro cerebro lo siente como una amenaza contra sí mismo.  

  • Cerebro → “Modo Supervivencia”
  • Guerra Cerebral → Geopolítica del Siglo XXI

Introducción, ¿por qué hablar del cerebro en guerra?

Yo fíjate, que no había notado que esto me afectase hasta el otro día, cuando vi por las noches noticias relacionadas con la guerra, concretamente un video en Youtube, y esa noche tuve sueños relacionados con el tema. Al final es que, sin quererlo, nos afecta.

La Guerra es un atentado contra la supervivencia humana, por tanto, nuestro cerebro es muy sensible al sufrimiento humano. Lo que atenta contra la vida de otros seres humanos, nuestro cerebro lo siente como una amenaza contra sí mismo.  

  • Cerebro → “Modo Supervivencia”
  • Guerra Cerebral → Geopolítica del Siglo XXI

Cerebro en modo supervivencia

Nuestro cerebro en modo supervivencia lo que significa es que está preparado para matar o morir. Un rasgo evolutivo básico para nuestras supervivencia como especie.

  • Por ejemplo, los combatientes en el frente lo sienten en un sentido literal. Lo mismo la población civil no combatiente, pero dentro de la zona de guerra, cualquier momento puede ser el último.
  • En el caso de quienes observamos desde fuera, la respuesta es menos intensa, pero es de la misma naturaleza. De momento, no está en riesgo nuestra vida, aunque sí lo está nuestro modo de vida.
Este es un podcast de Neurociencia y como tal, siempre nos centrarnos en los aspectos biológicos de nuestro cerebro, tanto a nivel estructural (Neuroanatomía) como funcional (Neurofisiología). Hoy nos centraremos en  3 sistemas:
 
    • Sistema Límbico
Básicamente es nuestro sistema de respuesta inmediata cerebral, controla nuestras emociones, reacciones, impulsos, memoria, conducta, etc. Es un sistema muy completo. Es aquí en donde empieza ese “modo de supervivencia cerebral”. Nos centraremos en 4 partes que se activan concretamente en una guerra.
    • Corteza órbito-frontal: justo por encima de nuestros ojos, interviene en el proceso automático de toma de decisiones.
    • Hipocampo: parte del lóbulo temporal que interviene en la memoria, en este caso, especialmente aquella útil para la supervivencia.
    • Amígdala: regula nuestras emociones, especialmente el miedo y el impulso de lucha.
    • Hipotálamo: es la conexión entre el cerebro y nuestras hormonas, preparando al resto de nuestro cuerpo para la batalla
Estableciendo una analogía militar podría decirse que es el “centro de respuesta inmediata”. Ha evolucionado para responder rápidamente ante las amenazas de nuestro entorno, buscando siempre nuestra auto-preservación.
 
    • Sistema Nervioso Autónomo
Regula las respuestas involuntarias de nuestros órganos internos, en este caso, preparándolos para sobrevivir. Tiene un parte que nos relaja y otra que nos activa.
      • La que nos relaja → Parasimpático
      • La que nos activa → Simpático → Es el que nos importa en este momento
 
Se encarga por ejemplo de,
    • El diámetro de nuestras pupilas → permitiendo ver mejor
    • Control de la respiración → tener más oxígeno disponible
    • Latido cardíaco y tensión arterial → manteniendo nuestros músculos con sangre y nutrientes
    • Secreción de glándulas → por ejemplo el sudor regula nuestra temperatura, las lágrimas mantienen húmedos nuestros ojos, la saliva nuestra boca, etc.
    • Movimiento gastrointestinal → evitando su interferencia
Continuando con la analogía militar, el sistema nervioso autónomo es algo así como un “sistema de telecomunicaciones” que permite al sistema de respuesta inmediata (límbico) realizar su función. Diríamos que pertenece a la “división de logística y comunicación” de nuestro cuerpo.
 
    • Eje Neurohumoral
Por último, además de nervios, el cerebro se comunica con el resto de órganos a través de hormonas, para complementar su función. Se secretan múltiples sustancias, pero las más importantes para mencionar en este apartado son la Adrenalina y el Cortisol. Fundamentales para mantener ese estado de activación necesario para sobrevivir.
  • La Adrenalina es el compuesto químico que media la función de nuestra Sistema Nervioso Simpático, ese que nos activa, ¿os recordáis?, principalmente para mantener nuestro latido cardíaco y la tensión sanguínea. Además también se produce en las adrenales, de allí, su nombre 🙂

  • El Cortisol se encarga más de mantener a nuestro cuerpo bien abastecido de nutrientes, cumple 3 funciones principales.
    • Mantiene nuestros niveles niveles de azúcar en la sangre.
    • Suprime la función del sistema inmune (por eso se dice que el estrés “baja nuestras defensas”). Es irónico que lo que nos pone a la “defensiva”, baja nuestras “defensas”.
    • Inhibe la formación de nuevos tejidos, en tiempo de guerra nadie se pone a construir casas.
El papel de nuestras hormonas, en una situación como la guerra, es mantener el aporte de nutrientes y de energía necesarios para luchar o resistir.
 
Si el sistema límbico es el centro total de respuesta inmediata y el sistema nervioso autónomo la división de logística y comunicación, el sistema neuro-hormonal sería algo así como la “división de abastecimiento y suministros”.
 
Es importante tener en cuenta, que este modo de funcionar de nuestro cerebro es muy efectivo para intentar asegurar nuestra supervivencia a corto plazo, pero es muy malo si se mantiene en el tiempo. Lo que nos salva ahora, nos enferma y mata después.

Cerebro en modo supervivencia

Nuestro cerebro en modo supervivencia lo que significa es que está preparado para matar o morir. Un rasgo evolutivo básico para nuestras supervivencia como especie.

  • Por ejemplo, los combatientes en el frente lo sienten en un sentido literal. Lo mismo la población civil no combatiente, pero dentro de la zona de guerra, cualquier momento puede ser el último.
  • En el caso de quienes observamos desde fuera, la respuesta es menos intensa, pero es de la misma naturaleza. De momento, no está en riesgo nuestra vida, aunque sí lo está nuestro modo de vida.
Este es un podcast de Neurociencia y como tal, siempre nos centrarnos en los aspectos biológicos de nuestro cerebro, tanto a nivel estructural (Neuroanatomía) como funcional (Neurofisiología). Hoy nos centraremos en  3 sistemas:
 
    • Sistema Límbico
Básicamente es nuestro sistema de respuesta inmediata cerebral, controla nuestras emociones, reacciones, impulsos, memoria, conducta, etc. Es un sistema muy completo. Es aquí en donde empieza ese “modo de supervivencia cerebral”. Nos centraremos en 4 partes que se activan concretamente en una guerra.
    • Corteza órbito-frontal: justo por encima de nuestros ojos, interviene en el proceso automático de toma de decisiones.
    • Hipocampo: parte del lóbulo temporal que interviene en la memoria, en este caso, especialmente aquella útil para la supervivencia.
    • Amígdala: regula nuestras emociones, especialmente el miedo y el impulso de lucha.
    • Hipotálamo: es la conexión entre el cerebro y nuestras hormonas, preparando al resto de nuestro cuerpo para la batalla
Estableciendo una analogía militar podría decirse que es el “centro de respuesta inmediata”. Ha evolucionado para responder rápidamente ante las amenazas de nuestro entorno, buscando siempre nuestra auto-preservación.
 
    • Sistema Nervioso Autónomo
Regula las respuestas involuntarias de nuestros órganos internos, en este caso, preparándolos para sobrevivir. Tiene un parte que nos relaja y otra que nos activa.
      • La que nos relaja → Parasimpático
      • La que nos activa → Simpático → Es el que nos importa en este momento
 
Se encarga por ejemplo de,
    • El diámetro de nuestras pupilas → permitiendo ver mejor
    • Control de la respiración → tener más oxígeno disponible
    • Latido cardíaco y tensión arterial → manteniendo nuestros músculos con sangre y nutrientes
    • Secreción de glándulas → por ejemplo el sudor regula nuestra temperatura, las lágrimas mantienen húmedos nuestros ojos, la saliva nuestra boca, etc.
    • Movimiento gastrointestinal → evitando su interferencia
Continuando con la analogía militar, el sistema nervioso autónomo es algo así como un “sistema de telecomunicaciones” que permite al sistema de respuesta inmediata (límbico) realizar su función. Diríamos que pertenece a la “división de logística y comunicación” de nuestro cuerpo.
 
    • Eje Neurohumoral
Por último, además de nervios, el cerebro se comunica con el resto de órganos a través de hormonas, para complementar su función. Se secretan múltiples sustancias, pero las más importantes para mencionar en este apartado son la Adrenalina y el Cortisol. Fundamentales para mantener ese estado de activación necesario para sobrevivir.
  • La Adrenalina es el compuesto químico que media la función de nuestra Sistema Nervioso Simpático, ese que nos activa, ¿os recordáis?, principalmente para mantener nuestro latido cardíaco y la tensión sanguínea. Además también se produce en las adrenales, de allí, su nombre 🙂

  • El Cortisol se encarga más de mantener a nuestro cuerpo bien abastecido de nutrientes, cumple 3 funciones principales.
    • Mantiene nuestros niveles niveles de azúcar en la sangre.
    • Suprime la función del sistema inmune (por eso se dice que el estrés “baja nuestras defensas”). Es irónico que lo que nos pone a la “defensiva”, baja nuestras “defensas”.
    • Inhibe la formación de nuevos tejidos, en tiempo de guerra nadie se pone a construir casas.
El papel de nuestras hormonas, en una situación como la guerra, es mantener el aporte de nutrientes y de energía necesarios para luchar o resistir.
 
Si el sistema límbico es el centro total de respuesta inmediata y el sistema nervioso autónomo la división de logística y comunicación, el sistema neuro-hormonal sería algo así como la “división de abastecimiento y suministros”.
 
Es importante tener en cuenta, que este modo de funcionar de nuestro cerebro es muy efectivo para intentar asegurar nuestra supervivencia a corto plazo, pero es muy malo si se mantiene en el tiempo. Lo que nos salva ahora, nos enferma y mata después.

Guerra cerebral

Nuestro cerebro en modo supervivencia lo que significa es que está preparado para matar o morir. Un rasgo evolutivo básico para nuestras supervivencia como especie.

  • Por ejemplo, los combatientes en el frente lo sienten en un sentido literal. Lo mismo la población civil no combatiente, pero dentro de la zona de guerra, cualquier momento puede ser el último.
  • En el caso de quienes observamos desde fuera, la respuesta es menos intensa, pero es de la misma naturaleza. De momento, no está en riesgo nuestra vida, aunque sí lo está nuestro modo de vida.
Este es un podcast de Neurociencia y como tal, siempre nos centrarnos en los aspectos biológicos de nuestro cerebro, tanto a nivel estructural (Neuroanatomía) como funcional (Neurofisiología). Hoy nos centraremos en  3 sistemas:
 
    • Sistema Límbico
Básicamente es nuestro sistema de respuesta inmediata cerebral, controla nuestras emociones, reacciones, impulsos, memoria, conducta, etc. Es un sistema muy completo. Es aquí en donde empieza ese “modo de supervivencia cerebral”. Nos centraremos en 4 partes que se activan concretamente en una guerra.
    • Corteza órbito-frontal: justo por encima de nuestros ojos, interviene en el proceso automático de toma de decisiones.
    • Hipocampo: parte del lóbulo temporal que interviene en la memoria, en este caso, especialmente aquella útil para la supervivencia.
    • Amígdala: regula nuestras emociones, especialmente el miedo y el impulso de lucha.
    • Hipotálamo: es la conexión entre el cerebro y nuestras hormonas, preparando al resto de nuestro cuerpo para la batalla
Estableciendo una analogía militar podría decirse que es el “centro de respuesta inmediata”. Ha evolucionado para responder rápidamente ante las amenazas de nuestro entorno, buscando siempre nuestra auto-preservación.
 
    • Sistema Nervioso Autónomo
Regula las respuestas involuntarias de nuestros órganos internos, en este caso, preparándolos para sobrevivir. Tiene un parte que nos relaja y otra que nos activa.

      • La que nos relaja → Parasimpático
      • La que nos activa → Simpático → Es el que nos importa en este momento 
Se encarga por ejemplo de:

    • El diámetro de nuestras pupilas → permitiendo ver mejor
    • Control de la respiración → tener más oxígeno disponible
    • Latido cardíaco y tensión arterial → manteniendo nuestros músculos con sangre y nutrientes
    • Secreción de glándulas → por ejemplo el sudor regula nuestra temperatura, las lágrimas mantienen húmedos nuestros ojos, la saliva nuestra boca, etc.
    • Movimiento gastrointestinal → evitando su interferencia
Continuando con la analogía militar, el sistema nervioso autónomo es algo así como un “sistema de telecomunicaciones” que permite al sistema de respuesta inmediata (límbico) realizar su función. Diríamos que pertenece a la “división de logística y comunicación” de nuestro cuerpo.
 
    • Eje Neurohumoral
Por último, además de nervios, el cerebro se comunica con el resto de órganos a través de hormonas, para complementar su función. Se secretan múltiples sustancias, pero las más importantes para mencionar en este apartado son la Adrenalina y el Cortisol. Fundamentales para mantener ese estado de activación necesario para sobrevivir.

  • La Adrenalina es el compuesto químico que media la función de nuestra Sistema Nervioso Simpático, ese que nos activa, ¿os recordáis?, principalmente para mantener nuestro latido cardíaco y la tensión sanguínea. Además también se produce en las adrenales, de allí, su nombre 🙂
  • El Cortisol se encarga más de mantener a nuestro cuerpo bien abastecido de nutrientes, cumple 3 funciones principales.
    • Mantiene nuestros niveles niveles de azúcar en la sangre.
    • Suprime la función del sistema inmune (por eso se dice que el estrés “baja nuestras defensas”). Es irónico que lo que nos pone a la “defensiva”, baja nuestras “defensas”.
    • Inhibe la formación de nuevos tejidos, en tiempo de guerra nadie se pone a construir casas.
El papel de nuestras hormonas, en una situación como la guerra, es mantener el aporte de nutrientes y de energía necesarios para luchar o resistir.
 
Si el sistema límbico es el centro total de respuesta inmediata y el sistema nervioso autónomo la división de logística y comunicación, el sistema neuro-hormonal sería algo así como la “división de abastecimiento y suministros”.
 
Es importante tener en cuenta, que este modo de funcionar de nuestro cerebro es muy efectivo para intentar asegurar nuestra supervivencia a corto plazo, pero es muy malo si se mantiene en el tiempo. Lo que nos salva ahora, nos enferma y mata después.El otro lado de la moneda de la guerra, es la guerra de la información, específicamente diseñada para afectar a nuestros procesos cerebrales, y por ende, a nuestra mente. Esto tiene consecuencias de mayor alcance que la guerra militar “per se”, ya que, afecta a más personas. Esta “Guerra Cognitiva” se libra en 4 frentes:
 
    • Guerra Perceptiva → A nivel de nuestros sentidos
Los medios de información, con la finalidad de captar nuestra atención, saturan nuestros sentidos. Las imágenes de las guerras son ricas en colores y sonidos, transmiten una experiencia sensorial envolvente.
 
Si bien es cierto que no tocamos, ni olemos, ni saboreamos lo que se nos muestra en un video, las descripciones que se realizan y la nitidez de las imágenes, estimulan las áreas cerebrales encargadas de la percepción de estos sentidos. Es así como se brinda una “Experiencia Multisensorial”.
La finalidad de todo esto, es dibujar una imagen muy clara en nuestra mente.
 
De hecho, el otro día se criticó bastante a una televisión bastante importante de España por meter efectos especiales en el que aparecía un misil estallando contra una ciudad, y claro, la gente se percató de que no era algo real. Esto, realmente, ayuda poco, en mi opinión.
 
Existe mucha evidencia científica de lo vulnerable que somos a las ilusiones perceptivas (visuales, auditivas, etc.), y de la influencia y control que puede ejercerse a su través. Desgraciadamente, seguimos sin tomar consciencia de ello, ni de sus consecuencias.
 
    • Guerra Afectiva → Atacando nuestras Emociones
Las imágenes de la guerra son por definición con “gran carga emocional”. Somos seres humanos, y no podemos evitar empatizar con el sufrimiento de nuestros semejantes (salvo que seamos Putin claro).
 
En una guerra, por ambos bandos, los mensajes están cuidadosamente diseñados para inducir ese modo de supervivencia de nuestros cerebros que hablamos antes. Y centrándose específicamente en nuestros centros emocionales, la amígdala por ejemplo, induciendo una reacción tribal de “nosotros contra ellos”.
 
Al final del día, lo que se pretende es despertar nuestra tendencia tribal, algo que denomina “Neurotribalismo Inducido”.
 
Eso explica porque el ser humano siempre tiende a polarizar. O eres del Barsa o del Madrid. O eres de izquierdas o de derechas. O estás con Ucrania o estás con Rusia. Pero nos tenemos que posicionar. A los Rusos se les está diciendo “vamos a matar nazis”, para manipularlos e intentar que ellos mismos justifiquen su ataque a Ucrania.
 
    • Guerra Cognitiva → Afectando nuestro Pensamiento
De la misma forma que en una guerra se pretende sobrebordar los mecanismos de respuesta y defensa del enemigo, en la guerra cerebral de la información, sucede exactamente lo mismo. Se sobre estimula la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro, hasta el punto de inducir un estado de incapacidad para pensar.
Cuando esto sucede, nuestra corteza prefrontal se apaga, y el sistema límbico toma el mando, estimulando al sistema nervioso autónomo y nuestro eje neuro-humoral, colocándose en modo supervivencia total. Incapacidad para pensar y para sentir, sólo para reaccionar de forma automática, como un zombie. Esto nos deja especialmente vulnerables a la manipulación. Objetivo final de esta guerra cerebral.
 
Podría ser algo así como cuando en los ordenadores viejos se encendía el ventilador a toda marcha y se quedaba tonto. Claro, ésta realmente es una estrategia magistral si conoces como funciona, para aprovecharla contra el enemigo. Ahí es donde listillos como Putin, que son malos pero no son tontos, se pueden aprovechar.  
 
El objetivo final de la guerra cerebral es atacar por tantos frentes, que nuestros “sistemas de defensa cognitiva”, no se den abasto para preservar nuestro sentido común, nuestra racionalidad y nuestra humanidad.
 
    • Guerra Escondida → Atentando contra el Inconsciente
La más rastrera y despreciable de las estrategias de ataque informático a nuestro cerebro, es la de atentar contra nuestro inconsciente, una especie de “Terrorismo” más que de guerra.
Desde el punto de vista psicológico se define al inconsciente como una disposición mental a actuar, que escapa al control de nuestra consciencia.
 
Desde el punto de vista neurocientífico, se refiere al funcionamiento de las estructuras cerebrales que no intervienen directamente en mantenernos alerta de los que nos sucede. En otras palabras todo aquello que está funcionando en segundo plano (como en los móviles), está allí, funcionando sin que nos demos cuenta, pero igual nos consume la batería.
 
Los atentados a estas zonas del cerebro envían estímulos debajo del nivel en el que tomamos consciencia de lo que estamos percibiendo, lo que se ha denominado subliminal. Esto nos predispone a pensar, sentir y actuar de determinada manera. Lo mismo que hacen las grandes empresas de la tecnología para vender, sólo que ahora, al servicio de la guerra.
 
El famoso inconsciente, que tanto me gusta a mí para la creatividad, cuando te trae buenas ideas, pero que claro, también puede usarse en tu contra.
 
Vale, así que:

  • Primero hemos dicho que impactan a nuestro cerebro a nivel multisensorial con imágenes muy potentes.
  • Después, nos polarizan para que nos posicionemos en un bando y odiemos al contrario.
  • Además, nos intentan sobrecargar el cerebro para que no pueda pensar y actúe el sistema límbico. Haciéndonos vulnerables y manipulables.
  • Y en ese estado se aprovechan del subconsciente.
Suena a una estrategia magistral contra nuestro cerebro. 

Guerra cerebral

Nuestro cerebro en modo supervivencia lo que significa es que está preparado para matar o morir. Un rasgo evolutivo básico para nuestras supervivencia como especie.

  • Por ejemplo, los combatientes en el frente lo sienten en un sentido literal. Lo mismo la población civil no combatiente, pero dentro de la zona de guerra, cualquier momento puede ser el último.
  • En el caso de quienes observamos desde fuera, la respuesta es menos intensa, pero es de la misma naturaleza. De momento, no está en riesgo nuestra vida, aunque sí lo está nuestro modo de vida.
Este es un podcast de Neurociencia y como tal, siempre nos centrarnos en los aspectos biológicos de nuestro cerebro, tanto a nivel estructural (Neuroanatomía) como funcional (Neurofisiología). Hoy nos centraremos en  3 sistemas:
 
    • Sistema Límbico
Básicamente es nuestro sistema de respuesta inmediata cerebral, controla nuestras emociones, reacciones, impulsos, memoria, conducta, etc. Es un sistema muy completo. Es aquí en donde empieza ese “modo de supervivencia cerebral”. Nos centraremos en 4 partes que se activan concretamente en una guerra.
    • Corteza órbito-frontal: justo por encima de nuestros ojos, interviene en el proceso automático de toma de decisiones.
    • Hipocampo: parte del lóbulo temporal que interviene en la memoria, en este caso, especialmente aquella útil para la supervivencia.
    • Amígdala: regula nuestras emociones, especialmente el miedo y el impulso de lucha.
    • Hipotálamo: es la conexión entre el cerebro y nuestras hormonas, preparando al resto de nuestro cuerpo para la batalla
Estableciendo una analogía militar podría decirse que es el “centro de respuesta inmediata”. Ha evolucionado para responder rápidamente ante las amenazas de nuestro entorno, buscando siempre nuestra auto-preservación.
 
    • Sistema Nervioso Autónomo
Regula las respuestas involuntarias de nuestros órganos internos, en este caso, preparándolos para sobrevivir. Tiene un parte que nos relaja y otra que nos activa.

      • La que nos relaja → Parasimpático
      • La que nos activa → Simpático → Es el que nos importa en este momento 
Se encarga por ejemplo de:

    • El diámetro de nuestras pupilas → permitiendo ver mejor
    • Control de la respiración → tener más oxígeno disponible
    • Latido cardíaco y tensión arterial → manteniendo nuestros músculos con sangre y nutrientes
    • Secreción de glándulas → por ejemplo el sudor regula nuestra temperatura, las lágrimas mantienen húmedos nuestros ojos, la saliva nuestra boca, etc.
    • Movimiento gastrointestinal → evitando su interferencia
Continuando con la analogía militar, el sistema nervioso autónomo es algo así como un “sistema de telecomunicaciones” que permite al sistema de respuesta inmediata (límbico) realizar su función. Diríamos que pertenece a la “división de logística y comunicación” de nuestro cuerpo.
 
    • Eje Neurohumoral
Por último, además de nervios, el cerebro se comunica con el resto de órganos a través de hormonas, para complementar su función. Se secretan múltiples sustancias, pero las más importantes para mencionar en este apartado son la Adrenalina y el Cortisol. Fundamentales para mantener ese estado de activación necesario para sobrevivir.

  • La Adrenalina es el compuesto químico que media la función de nuestra Sistema Nervioso Simpático, ese que nos activa, ¿os recordáis?, principalmente para mantener nuestro latido cardíaco y la tensión sanguínea. Además también se produce en las adrenales, de allí, su nombre 🙂
  • El Cortisol se encarga más de mantener a nuestro cuerpo bien abastecido de nutrientes, cumple 3 funciones principales.
    • Mantiene nuestros niveles niveles de azúcar en la sangre.
    • Suprime la función del sistema inmune (por eso se dice que el estrés “baja nuestras defensas”). Es irónico que lo que nos pone a la “defensiva”, baja nuestras “defensas”.
    • Inhibe la formación de nuevos tejidos, en tiempo de guerra nadie se pone a construir casas.
El papel de nuestras hormonas, en una situación como la guerra, es mantener el aporte de nutrientes y de energía necesarios para luchar o resistir.
 
Si el sistema límbico es el centro total de respuesta inmediata y el sistema nervioso autónomo la división de logística y comunicación, el sistema neuro-hormonal sería algo así como la “división de abastecimiento y suministros”.
 
Es importante tener en cuenta, que este modo de funcionar de nuestro cerebro es muy efectivo para intentar asegurar nuestra supervivencia a corto plazo, pero es muy malo si se mantiene en el tiempo. Lo que nos salva ahora, nos enferma y mata después.El otro lado de la moneda de la guerra, es la guerra de la información, específicamente diseñada para afectar a nuestros procesos cerebrales, y por ende, a nuestra mente. Esto tiene consecuencias de mayor alcance que la guerra militar “per se”, ya que, afecta a más personas. Esta “Guerra Cognitiva” se libra en 4 frentes:
 
    • Guerra Perceptiva → A nivel de nuestros sentidos
Los medios de información, con la finalidad de captar nuestra atención, saturan nuestros sentidos. Las imágenes de las guerras son ricas en colores y sonidos, transmiten una experiencia sensorial envolvente.
 
Si bien es cierto que no tocamos, ni olemos, ni saboreamos lo que se nos muestra en un video, las descripciones que se realizan y la nitidez de las imágenes, estimulan las áreas cerebrales encargadas de la percepción de estos sentidos. Es así como se brinda una “Experiencia Multisensorial”.
La finalidad de todo esto, es dibujar una imagen muy clara en nuestra mente.
 
De hecho, el otro día se criticó bastante a una televisión bastante importante de España por meter efectos especiales en el que aparecía un misil estallando contra una ciudad, y claro, la gente se percató de que no era algo real. Esto, realmente, ayuda poco, en mi opinión.
 
Existe mucha evidencia científica de lo vulnerable que somos a las ilusiones perceptivas (visuales, auditivas, etc.), y de la influencia y control que puede ejercerse a su través. Desgraciadamente, seguimos sin tomar consciencia de ello, ni de sus consecuencias.
 
    • Guerra Afectiva → Atacando nuestras Emociones
Las imágenes de la guerra son por definición con “gran carga emocional”. Somos seres humanos, y no podemos evitar empatizar con el sufrimiento de nuestros semejantes (salvo que seamos Putin claro).
 
En una guerra, por ambos bandos, los mensajes están cuidadosamente diseñados para inducir ese modo de supervivencia de nuestros cerebros que hablamos antes. Y centrándose específicamente en nuestros centros emocionales, la amígdala por ejemplo, induciendo una reacción tribal de “nosotros contra ellos”.
 
Al final del día, lo que se pretende es despertar nuestra tendencia tribal, algo que denomina “Neurotribalismo Inducido”.
 
Eso explica porque el ser humano siempre tiende a polarizar. O eres del Barsa o del Madrid. O eres de izquierdas o de derechas. O estás con Ucrania o estás con Rusia. Pero nos tenemos que posicionar. A los Rusos se les está diciendo “vamos a matar nazis”, para manipularlos e intentar que ellos mismos justifiquen su ataque a Ucrania.
 
    • Guerra Cognitiva → Afectando nuestro Pensamiento
De la misma forma que en una guerra se pretende sobrebordar los mecanismos de respuesta y defensa del enemigo, en la guerra cerebral de la información, sucede exactamente lo mismo. Se sobre estimula la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro, hasta el punto de inducir un estado de incapacidad para pensar.
Cuando esto sucede, nuestra corteza prefrontal se apaga, y el sistema límbico toma el mando, estimulando al sistema nervioso autónomo y nuestro eje neuro-humoral, colocándose en modo supervivencia total. Incapacidad para pensar y para sentir, sólo para reaccionar de forma automática, como un zombie. Esto nos deja especialmente vulnerables a la manipulación. Objetivo final de esta guerra cerebral.
 
Podría ser algo así como cuando en los ordenadores viejos se encendía el ventilador a toda marcha y se quedaba tonto. Claro, ésta realmente es una estrategia magistral si conoces como funciona, para aprovecharla contra el enemigo. Ahí es donde listillos como Putin, que son malos pero no son tontos, se pueden aprovechar.  
 
El objetivo final de la guerra cerebral es atacar por tantos frentes, que nuestros “sistemas de defensa cognitiva”, no se den abasto para preservar nuestro sentido común, nuestra racionalidad y nuestra humanidad.
 
    • Guerra Escondida → Atentando contra el Inconsciente
La más rastrera y despreciable de las estrategias de ataque informático a nuestro cerebro, es la de atentar contra nuestro inconsciente, una especie de “Terrorismo” más que de guerra.
Desde el punto de vista psicológico se define al inconsciente como una disposición mental a actuar, que escapa al control de nuestra consciencia.
 
Desde el punto de vista neurocientífico, se refiere al funcionamiento de las estructuras cerebrales que no intervienen directamente en mantenernos alerta de los que nos sucede. En otras palabras todo aquello que está funcionando en segundo plano (como en los móviles), está allí, funcionando sin que nos demos cuenta, pero igual nos consume la batería.
 
Los atentados a estas zonas del cerebro envían estímulos debajo del nivel en el que tomamos consciencia de lo que estamos percibiendo, lo que se ha denominado subliminal. Esto nos predispone a pensar, sentir y actuar de determinada manera. Lo mismo que hacen las grandes empresas de la tecnología para vender, sólo que ahora, al servicio de la guerra.
 
El famoso inconsciente, que tanto me gusta a mí para la creatividad, cuando te trae buenas ideas, pero que claro, también puede usarse en tu contra.
 
Vale, así que:

  • Primero hemos dicho que impactan a nuestro cerebro a nivel multisensorial con imágenes muy potentes.
  • Después, nos polarizan para que nos posicionemos en un bando y odiemos al contrario.
  • Además, nos intentan sobrecargar el cerebro para que no pueda pensar y actúe el sistema límbico. Haciéndonos vulnerables y manipulables.
  • Y en ese estado se aprovechan del subconsciente.
Suena a una estrategia magistral contra nuestro cerebro. 

Conclusión

La guerra se lleva a cabo primero en nuestro cerebro y luego en el campo de batalla, pone a nuestro cerebro en modo supervivencia. La guerra cognitiva, principalmente de los medios de comunicación, desborda nuestros sentidos, emociones y pensamiento.

Conclusión

La guerra se lleva a cabo primero en nuestro cerebro y luego en el campo de batalla, pone a nuestro cerebro en modo supervivencia. La guerra cognitiva, principalmente de los medios de comunicación, desborda nuestros sentidos, emociones y pensamiento.

Puesta en práctica

Esperemos nunca tener que enfrentarnos a la guerra, sin embargo, lo esencial es tener unos conceptos claros al respecto, que se pueden aplicar en nuestro día a día, una especie de “Manual de Defensa Cerebral”. He aquí 4 principios

  1. Consciencia Situacional: haz una evaluación rápida y precisa de en dónde te encuentras, cuáles son las principales amenazas, recursos y oportunidades. Por ejemplo, cuando vas por la calle de noche (sobrio espero).
  2. Comunicación Clara: tanto en la guerra y en la vida, mensajes directos, claros y breves. Gran parte de las bajas en una guerra es por errores de comunicación. Buena parte de los fracasos en la vida, son por la misma razón.
  3. Respuesta Inmediata: no confundir con los impulsos, una respuesta inmediata es algo que se ha entrenado deliberadamente hasta el cansancio, hasta que se ejecuta de forma espontánea. En situaciones de emergencia se actúa rápido, no se improvisa. Un ejemplo, un herido grave requiere atención inmediata, pero no improvisada.
  4. Sistema de Vigilancia: esto no significa paranoia o un estado de alerta excesiva, simplemente mantener en. la consciencia la posibilidad de que algo puede salir mal. Hombre prevenido vale por dos, mujer prevenida vale por un ejército.
En toda guerra, se busca primero sobrevivir y luego combatir, el orden importa. Para sobrevivir a la guerra cognitiva es necesario un “Kit Cerebral de Supervivencia”.

  1. Ponte a cubierto: detén el consumo masivo de información tóxica, evitarás la activación innecesaria de tu sistema nervioso autónomo y reducirás tus niveles de estrés.
  2. Detén la hemorragia: hacer consciente que tienes actualmente un estrés activo que llevas dentro y tranquilizarte de forma activa, el ejercicio y la meditación son muy buenos aliados.
  3. Establecer barricadas: imponer activamente, de forma consciente, barreras para evitar la hiperestimulación.
  4. Buscar ayuda: en caso de necesitarlo, por sobrecarga mental, estrés desmedido, o desgaste empático, acudir a un terapeuta.
  5. Por último, no te quejes: haz algo, apoya de verdad, envía comida, ropa, etc. Lo único peor, después de estar en la zona de guerra, es estar fuera, quejarse y no hacer nada.

Puesta en práctica

Esperemos nunca tener que enfrentarnos a la guerra, sin embargo, lo esencial es tener unos conceptos claros al respecto, que se pueden aplicar en nuestro día a día, una especie de “Manual de Defensa Cerebral”. He aquí 4 principios

  1. Consciencia Situacional: haz una evaluación rápida y precisa de en dónde te encuentras, cuáles son las principales amenazas, recursos y oportunidades. Por ejemplo, cuando vas por la calle de noche (sobrio espero).
  2. Comunicación Clara: tanto en la guerra y en la vida, mensajes directos, claros y breves. Gran parte de las bajas en una guerra es por errores de comunicación. Buena parte de los fracasos en la vida, son por la misma razón.
  3. Respuesta Inmediata: no confundir con los impulsos, una respuesta inmediata es algo que se ha entrenado deliberadamente hasta el cansancio, hasta que se ejecuta de forma espontánea. En situaciones de emergencia se actúa rápido, no se improvisa. Un ejemplo, un herido grave requiere atención inmediata, pero no improvisada.
  4. Sistema de Vigilancia: esto no significa paranoia o un estado de alerta excesiva, simplemente mantener en. la consciencia la posibilidad de que algo puede salir mal. Hombre prevenido vale por dos, mujer prevenida vale por un ejército.
En toda guerra, se busca primero sobrevivir y luego combatir, el orden importa. Para sobrevivir a la guerra cognitiva es necesario un “Kit Cerebral de Supervivencia”.

  1. Ponte a cubierto: detén el consumo masivo de información tóxica, evitarás la activación innecesaria de tu sistema nervioso autónomo y reducirás tus niveles de estrés.
  2. Detén la hemorragia: hacer consciente que tienes actualmente un estrés activo que llevas dentro y tranquilizarte de forma activa, el ejercicio y la meditación son muy buenos aliados.
  3. Establecer barricadas: imponer activamente, de forma consciente, barreras para evitar la hiperestimulación.
  4. Buscar ayuda: en caso de necesitarlo, por sobrecarga mental, estrés desmedido, o desgaste empático, acudir a un terapeuta.
  5. Por último, no te quejes: haz algo, apoya de verdad, envía comida, ropa, etc. Lo único peor, después de estar en la zona de guerra, es estar fuera, quejarse y no hacer nada.

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